El último soldado

Soldado de alma oscura

Por las tumbas que dejaba a su paso

De corazón podrido

Por el odio generado durante años

 

Ella en él vio algo

El en ella vio redención

… A su lado

Un lugar donde pedir perdón

… Ser perdonado

 

Cambió su corazón

Se volvió blando

No duraría mucho

No estaba acostumbrado

 

Su mente recordaba demasiado

Su alma vagaba luchando

Su cuerpo envejecía rápido

Su corazón apenas latía

Necesitaba la otra

 

Demasiado hecho a ella

A las sangrientas contiendas

Al constante enfrentamiento

A las atrocidades humanas

Al desapego

A pecar y ver pecar

Ser cruel… Sanguinario…

Vivir en ella

 

Por más que desearon

No lograron evitarlo

Su alma era demasiado oscura

Incluso para un ángel blanco

 

Volvió a caer en tentación

Resurgió el soldado

Desapareció del mismo modo que llegó

Dejando un manto rojo sobre el polvo blanco

 

Ella sigue esperando… Preguntando

Que fue lo que pasó para tan pronto cambio

Solo él lo sabe… Callado

Juró por si honor que no volver a nombrarlo

 

 

O.

 

5 respuestas a “El último soldado

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  1. Las batallas más duras son las renuncias… pero también las aceptaciones. Hay que ser valiente para combatir en ambas, como tu soldado. Gracias, Luces…

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