Mina

Cuántos años pasaron ya??
Ocho… Diez…??
Ni recuerdas el tiempo pasado
Ni cómo has vivido estos años
Lo que eras… Y para lo que te has quedado
Por qué?? Para qué??
Solo por aquella??

Fue la última pregunta de ese que se hacía llamar mi amigo
No hubo ni discusión ni lid
Mi espalda fue mi muda respuesta

Sé perfectamente los años soportados
En mi cuerpo los llevo grabados
Son once los años… XI en números romanos
Gracia tiene… Una cruz y un cuerpo
El dibujo del crucificado… Como mi estado

Años pasados en las trincheras del inframundo… En las cuevas del infierno
Cavando y extrayendo, día tras día, como un jabato
Destrozándome el cuerpo para conseguir lo necesitado
Ahorrando toda la plata recibida cambio del carbón conquistado
Más una batalla diaria que un trabajo
Apenas un trozo de hogaza de pan duro y un trago de vino barato para mi estómago… Lo demás recolectado

No me importó nunca llegar de madrugada a una destartalada casa vacía… Incompleta… Sin alma
Ese lugar pasajero donde solo descanso… En compañía y tiempo
Cerca de la mina… Donde pasar las noches en vela
Tiempos de espera… Tenso pensar en…
Momentos de reposo… Lugar donde sanar mis heridas y cicatrizar las llagas
Donde reparar mis herramientas en espera de la siguiente batalla

«Casa» que me envuelve
Manto de soledad oscura, fría y amargada, de espantosa espera y triste desesperanza, «aliviada» por el aroma a sangre, sudor y lágrimas
«Hogar» de tragedias humanas

De madrugada en madrugada agonizo… Por tiempo pasando de la vida… Más ajeno
Más centrado en desperdiciarla

Esperando… Pasaba las vigilias
Las horas de espera transcurridas entre la mina y la batalla, entre el pico y la espada, se transformaban en años
Cada vez y a cuál más largas… Más espesas
Menos deseada… Más dañado

Desesperado de toda esperanza
Atropellando mi mente
Emborrachando mi corazón
Drogando mi alma
Gastaba mi tiempo… Sin remedio
Acumulaba plata

Plata ganada con esfuerzo
Con el sudor del cuerpo y dolor del alma
Esa plata negra…
Plata conquistada en la oscuridad de la mina con la negrura de la esperanza

Plata que no me servía como moneda de cambio
Plata con la que no ganaba tiempo… Perdía vida por confiscarla
Plata insuficiente para comprar vida al alma

Me debatía entre plata o vida, el tiempo o el espacio, el todo o la nada
Me había convertido en un doberman de la mina, un avaro de plata, un muerto de hambre de la esperanza

Pocos se me acercaban… Mucho menos entendían
Amasaba y amasaba plata… Toda la que podía
Pensaban que debía ser para la próxima vida, para la que tan ansiosamente esperaba
Aquella próxima vida que nadie entendía
Aquella que juraba que me esperaba
Esa otra vida que sin vivir esta… Necesitaba

Nadie sabía por qué lo hacía
Nadie entendía esa espera… Esa esperanza desesperada

Sabía que no era vida, que no duraría si no llegaba lo que esperaba
Sabía que no aguantaría por mucho más tiempo esta miseria interna… Esta caída en barrena diaria

Era mi chute diario… Lo necesitaba
Mi dosis de adrenalina
Mi éxtasis de esperanza

Nadie sabía…
Nunca lo preguntaron ni preguntaban
No les interesaba… Solo suponían
Daban por hecho que te fuiste… Te marchaste
Me abandonaste en una fría noche oscura de luna llena
De ahí, pensaban, mi obsesión con la oscuridad austera de la negra mina

No sabían… Creérselo?… Lo dudaba
Tu rescate costaba toda esa y mucha más plata
Toda una vida amasando plata

Plata roja que resarcirá tu espera… Te devolverá la vida robada

Mina negra que absorberá mi alma… Rehabilitará la tuya esperada

Desespero que encontrará esperanza

Fue mi promesa

 

O.

17 respuestas a “Mina

Add yours

  1. Ninguna plata compra tu estabilidad emocional. Tu tiempo. Y todo lo que este envuelve.
    Vivir de manera sencilla quita muchos dolores de cabeza.
    Ese es un trabajo que absorbe todo tu tiempo y tus energías. Ademas de riesgo que implica la vida. Y al final todo para que?
    El tema que has tratado es muy interesante. Que a muchos llegará.
    Es triste pero deja una enseñanza profunda. Yo vivo en zona minera. Y conozco el tema de cerca. Y lo comprendo a la perfección.
    Gracias amigo.
    Me encantó leerte.
    Un abrazo.

    Le gusta a 2 personas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑