Antes debí…

maxresdefault.jpg

 

Cuanto más te pienso, más te sueño y recuerdo… Cómo te sigo echando de menos

Ya ni recuerdo el tiempo pasado, debería mirarme el pecho para recordarlo

Algunos días parecen eternos, otros efímeros momentos

Ambos, camino solo, deambulando como un loco enamorado esperando tu regreso

 

Prometí escribirte hace… No cumplí lo prometido, me daba miedo hacerlo.

No sabía cómo empezar, miraba la hoja en blanco durante minutos, horas, incluso los días iban pasando, y me resultaba imposible dibujar una letra del abecedario.

Nada me salía que valiese la pena ser leído… Solo gritos sordos de auxilio.

No sabía qué contarte, ni cómo hacerlo. Me sentía demasiado solo con mi pluma como única compañera y esa hoja en blanco como reto.

 

Te marchaste cuando te llevaron, sin quererlo ni merecerlo, demasiado pronto, demasiado temprano… Antes de que llegara tu momento… Finalizara nuestro tiempo.

Debieron esperar un poco más y no tener tanta prisa por clausurar lo nuestro.

Sé que la decisión no fue tuya, otros eligieron… ¿Quiénes? Habría que mirar al cielo.

Deberíamos haber sido más contundentes a la hora de intentar convencerlos. Un ruego, una oración, un grito, algo que los hubiese convencido… Tal vez 30 monedas de plata hubieran bastando??…

Te/ Nos merecías/ merecíamos más tiempo.

 

Cuando te recuerdo instantes, momentos, lugares, todos los nuestros… Todo se me viene encima de golpe, lo que siento y cómo lo siento, lo que fuimos, lo que vivimos… De todo me acuerdo. Sería incapaz de olvidar nada tuyo/ nada nuestro… Antes muerto.

 

Te siento tan lejos… Que creo que lo nuestro fue un sueño.

Otras veces, cuando me deprimo y te pienso, estás tan cerca que incluso temo. Siento miedo porque desearía estar de verdad a tu lado, en tu lugar de descaso… En esos momentos, rogaría estar…

Cuando te siento cerca, te noto aquí, a mi lado, recostada sobre mi pecho. Esas, siento cómo se me desquebraja el corazón, cómo llora de pena mi contrariada alma, cómo me arde el pecho sintiéndote tan cercana.

No puedo soportar esos instantes. Debo respirar hondo y coger resuello. Momentos de padecimiento emocional, de encogimiento interno. El corazón se vuelve loco de deseo. Duele tanto el pecho que pienso que un día de estos, más pronto que tarde, nos veremos.

 

Noto los ojos inflados, como una gota cae sobre la hoja en la que te estoy escribiendo. Tengo ganas de llorar, de echar todo lo que llevo acumulado dentro. Todo lo que me he ido guardando a lo largo del tiempo.

Antes no tenía fuerzas ni para llorar, me daba pánico que volvieras de repente y me encontraras en ese estado tan patético.

Aun sabiendo que no volverías, mi corazón por ti seguía latiendo fuerte, alto y claro, bombeando sangre a borbotones, colapsando las venas y arterias. Tuvieron que sangrarme por fuera para no ahogarme de amor por adentro.

 

Esos momentos… Esos recuerdos… ¡¡Solo Nuestros!! Cómo los echo de menos.

 

Te veo reflejada en los escaparates de las tiendas cuando soñando paseo. En los espejos no es mi rostro lo que veo, es el nuestro. Esa foto que nos hicimos la mañana que nos conocimos. Qué tiempos…

 

A veces, siento una presencia a mi lado, alguien abrazando mi pecho, susurrándome sonidos apagados, creyendo oír las palabras… “Te quiero”

Es una presencia efímera, dura lo que dura un suspiro. Es anárquica, viene cuando desea, se acurruca a mi lado unos segundos o minutos, no sé muy bien porque pierdo la razón del espacio y del tiempo. De repente, sin más, desaparece como vino, en silencio

 

Debo confesarme contigo. Entre tu y yo quedará este cónclave, es lo único que te pido.

Necesito sacarlo fuera, quitarme este dolor que llevo soportando desde que te fuiste. Mi corazón agradecerá deshacerse de ese peso.

 

“Te perdí mucho antes de que te fueras. Sufría capa dada vez que iba a verte a ese encierro.

No soportaba verte así, en ese estado entre catatónico y vegetativo, ni viva, ni…, una figura vacía sobre una silla de hierro.

 

Se me partía el corazón cada vez me acercaba a aquella casa blanca, imaginando lo que me esperaba adentro. Y aún se parte el alma al recordarlo… Ahora, al reconocértelo. ¡¡Lo siento!!

 

Fui cobarde entonces y lo sigo siendo. Debí callarme y continuar con mi secreto interno. Debía ser mi penitencia, debería seguir conmigo en silencio.

 

Te veía y mis ojos se enrojecían.

No lloraban de pena, lloraban de rabia por verte como te ibas consumiendo poco a poco, y yo allí, mirándote, sin saber qué hacer, cómo podía ayudarte, cómo hubiese podido evitarte ese sufrimiento.

Si no hubiera sido tan cobarde…

 

Cómo debiste pasarlo tu sola con tu cuerpo muerto. Sufriendo por dentro, en silencio. Viendo lo que pasaba a tu alrededor sin poder formar parte de ello. Qué juguetón es el destino cuando está aburrido…”

 

 

Perdóname por no haberte hecho el caso que debí haberte hecho. De rodillas te lo pido. De rodillas a los pies de tu cama de mármol blanco.

Ahora te lo puedo decir, ahora me atrevo, ahora que nadie nos oye me confieso.

Recé para que te llevasen de una vez por todas y dejases de seguir sufriendo. No sentí pena porque te llevaran, sentí perderte antes de haberte ido… Perderte antes de tiempo.

Cómo te sigo echando de menos…

Dejemos la tristeza y los malos recuerdos.

Prefiero recordarte como siempre fuiste y contarte que soy feliz, porque sé que me estás viendo. Sé que cuidas de mi desde allá lejos. Que ves lo que hago y cómo protejo lo que teníamos, nuestros tres pequeños.

 

No puedo seguir más…

Los ojos se me están ensombreciendo

Noto una lagrimilla que quiere salir

la mirada vidriosa del recuerdo…

La garganta…

Otro día se te sigo contando

Solo un último deseo

Si quieres que alguien suba a hacerte compañía acuérdate de mí

No permitas que sea uno de nuestros pequeños

Que como muy bien sabes

Esta vida es caprichosa y el destino juega con fuego

… Si hay que ir

Que sea yo el primero

 

Te dejo esta carta sobre tu pecho blanco por si más tarde… Y esta rosa roja para que de colorido a tu bello rostro.

 

Cómo te sigo amando… Cómo seguiré echándote de menos.

 

corazon DESTROZADO

 

Te quiero.

 

O.

 

36 respuestas a “Antes debí…

Add yours

  1. escribes y me haces como interactuar y sentir al compás de tus párrafos al mismo tiempo que me has transportado
    mentalmente con mi dulce hermano…allá en el universo.
    GRACIAS

    Le gusta a 1 persona

  2. Ufff
    Cómo «duele» este texto!!
    Has tejido tan bien las palabras que los que hemos sufrido alguna pérdida importante (seguramente la mayoría) hemos percibido en tu escrito lo que nosotros también sentimos pero no habíamos sido capaces de expresar.
    No sé si habrá algo al otro lado del silencio o no pero, lo que tengo claro, es que nuestros seres queridos permanecen con nosotros mientas seguimos teniéndolos presentes en nuestros pensamientos.

    Le gusta a 1 persona

  3. •~…un escrito que no deja indiferente, la carga emocional, profunda, hace sentirse parte… todos transitamos sentir~ porque la pérdida de los seres amados, nos rodea… como ejercicio literario, mueve a experimentar, empatizar, co~crear con los lectores… eso lo hace más intenso, pues quién no vive el dolor que desgarra… o ese ver desaparecer a un ser… gracias por el empeño… de ir acompañando, casi guiado los sentires.~•

    Le gusta a 2 personas

  4. Muy triste mi amigo.
    Ni se que decir.
    Todo el dolor que las letras abrazan y que has expresado detalladamente.
    El recordar a esa persona como era en vida. Ayudara a mitigar un poco.
    Tienes tres bellos motivos para continuar y para no rendirte.
    Adelante!.
    Gracias por compartir con nosotros.
    Un abrazo muy fuerte.
    Saludos cordiales.

    Le gusta a 5 personas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑