El que vino…

el_silencio_de_dios

 

No vino por cuerpos… Ni por reinos

Su ambición no era desmedida… Ni joyas ni monedas de oro cegaban su mirada

Vino en busca de lo perdido… Durante años conseguido por disputas, odios y miedos al extraño… Al vecino de al lado

Llegó con la idea de convertir las almas

 

Tal vez fuese ése su pecado

El miedo que tuvieron a sus ideas

A lo que transmitían sus palabras

Un hombre sencillo… Esas ideas tan altas

 

No necesitó de discursos grandilocuentes

De bravatas ahogadas por su peso

De mentiras ni blasfemias baratas

 

Su voz era suave… Clara… Transparente

Atrayente como lo que de su boca manaba

Sonido envolvente hipnotizaba los corazones de la gente que escuchaba

Sus susurros atravesaban los cuerpos… Calaban en sus almas

Fueses desnudo, vestido o acorazado… Traspasaba

Se introducía sigilosamente

Sin alardes ni estridencias… Solo palabras

Era su fuerza… La «crudeza» era su arma

La verdad su mensajera… El amor su venganza

 

Predicó con el ejemplo

Renunció a lo divino

Quedose con lo humano

Un hombre de carne y hueso

Un alma de otro costado

 

Su perdición no fue lo que predicado

La causa fue su desprecio a los mandatarios

Fariseos elegantes que mantenían ignorante al pueblo

 

No le perdonaron su desprecio

Ni que dedicase su esfuerzo a los más necesitados

Lo que predicaba no gustaba en las altas esferas

No consentían que todos se creyesen iguales

Prohibían perder su poder y su riqueza amasada por los esclavos semejantes por semejante charlatanería

 

Palabras controvertidas oídas en mentes intransigentes… De abolengo ficticio… De mentes inseguras

Corrompía la tranquilidad que reinaba… Eso asustaba

No su cuerpo… Su palabra

Lo transmitido de boca en boca… Lo escuchado oído… Era el verdadero odio que despertaba en aquellos que le temían

Un hombre del pueblo predicando con su palabra

… Palabras por todos entendidas

… Ideas comprometidas

 

Se ganó el respeto… Se ganó el odio

No hubo término medio… Los grises no existían

 

Su palabra… Blasfemia

Su persona… El diablo

Su alma… La anarquía

El amor de su corazón… La perdición de su vida

 

Su reputación enfangada

Su captura necesaria… Una artimaña

Su coste un «amigo» y 30 monedas de plata

… Demasiado barato por protegerse de lo que tanto les aterraba

 

Pobre diablo pensaron algunos

Otros callados con rostros inexpresivos

Solo unos pocos pedían por el en silencio

Las lágrimas de ellas dulcificaban el momento

 

Después… Silencio

 

O.

26 respuestas a “El que vino…

Add yours

Deja un comentario

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑