Enmarañado

Imposibilita mi subsistencia
el ocaso de tu presencia
la purga de tu silueta
esencia que se difumina
tras el privativo devenir
la ansiedad egoísta
de una esperanza ofuscada.

Desesperado lamento
la pérdida indescifrable
del sabor de tus labios
el deseo de tu cuerpo
la evasión incomprensible
de la pasión encarcelada
tras tu imperturbable marcha.

Una manta cristalina
desvirtúa mi mirada
disuade tu recuerdo
acompleja misteriosamente
el brote cobrizo
que mi aorta derrama.

Un símil que se me antoja patraña
expropiación acondicionada
del que no posee mente receptiva
ni alma personalizada
sin sentido de la dicha
ni el virus que mis sentires atasca
… Genocida impostor
que anestesia los sentimientos
que mis esquilmados recuerdos
aún respetando engañan.

Aguardo
… A sabiendas
que tu retorno no llega
no confabula con la senda
del regreso a la casa
soporífera chimenea
que a regañadientes me acoge
ni a la habitación desteñida
por el hedor a nostalgia
ni a la cama desmarañada
que sustenta la fisonomía
de una lujuria sisada.

En escasas ocasiones
escuetas y sesgadas
mi impostor descansa
mi desasosiego se nubla
mis sueños sanan
… Esos instantes
que el astro desaloja las tinieblas
y la luz interpreta la sospecha
que aún cohabito en tu cabeza
cuando destierras la saña.

Esos…
clavando mi esperpento
en el reflejo impostor
confío sin raciocinio
cual ermitaño novelesco
en la devastación de las circunstancias.

O.

11 respuestas a “Enmarañado

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