Culpable…

Su fuerza

Su debilidad

Dualidad personificada

En una mente compleja

Un corazón hambriento

Acomplejado

anárquico

Debatiéndose

Por miedo al rechazo

Predispuesto a soportarlo

Sin dejar de lidiar.

Un hombre…

Un pico y una pala

Nunca deja de escarbar 

De creer

De apretar

Sin miedo a una

Dos tres… Negativas

Aún así

Volverse a izar.

Un niño…

Con un temor asimilado

Sin capacidad

Ni fuerza 

Si la negación es precisa.

Una lid interna

Que explicar es complicado

Que es capaz 

De tirar por tierra

Lo que más desea conquistar.

En exceso 

Ha sido precavido

Manteniendo su privacidad

Por no recibir un no

Por no poder asumirlo

Incapaz de molestar.

La espera precaria

Que le puede haber costado

Lo amado

Lo que corazón ha cavado

Sacando

Lo que era imposible realizar.

Un sentimiento compartido

Dos enemigos íntimos

Una lucha añeja

Dos personajes contrapuestos

Un mismo amor que conquistar

Mantener

Y continuar…

Ese niño no desaparecerá

Pero la creencia

La mente y el corazón

Entretenido lo mantendrá.

Será el hombre…

El que tome el mando

El que pida perdón

Por parado

Permanecer estancado

Cuando la inquietud

Es su estado.

Haber bajado la guardia

Permitir 

Lo que nunca debió suceder

Un niño al timón

Un hombre 

En el camastro esperando…

Que el sueño

Se hiciese

Por si solo realidad

Sin continuar picando

Cavando

Y socavando…

Permitiendo gobernar

Lo que debió regentar

Bajo la tormenta

La calma

O cualquier otra circunstancia…

Sin percatarse 

Que puede que haya perdido

Lo único que realmente

Le hace sentirse humano

Le tensiona los sentimientos

Unificando

Mente y cuerpo

Alma y corazón

El amor que ha estado esperando

La mujer que amanta su pasión.

Ahora…

De qué sirve lamentarse

De haber sido un cobarde

Un gigante impostor.

En vez

De haber arrebatado

Al tiempo

Adelantado

A los esperpentos

Manejando

Su deseo

Tomando la decisión

Que dictaba la anarquía de su corazón.

O.

11 comentarios sobre “Culpable…

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  1. A menudo, están tus letras extrañamente en fase con los momentos que transito o por lo menos resuenan dentro de mí como si hubieran salido de mi puño y letra o de la yema de mis dedos. O quizás es el filtro del aceite que pide un cambio. En cualquier caso, hermosa pieza.

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