Cuéntame…

Cuántas veces nos hemos encabronado…
Nos hemos encapotado
enrabietado bajo las sábanas
surcando gotas cristalinas
entre nuestras piernas.

Mordisqueo
tu cuello
absorbiendo tu aroma
erizando tu vello
estremeciendo tu dorso
encrespando tu torso.

Humedecemos el catre
tras una posesión rítmica
al unísono
primero cadenciosa
con paradas y comienzos
mientras gemimos
«te quiero».

Sentimos
cómo nuestros cuerpos
entrelazados
melosos y frenéticos
van acrecentando el ritmo
omitiendo el sosiego.

Arribamos al clímax
mirándonos a los ojos
nuestros góticos cuerpos
nuestras almas danzantes
nuestra fiereza sosegada
tras una riña postergada
creando entre ambos
un universo propio.

Enfrentadas nuestras miradas
el enfrentamiento resarcido
las sonrisas susurran «perdón»
entre suspiros de agotamiento.

O.

(lo sabes)