Un escrito…

Cómo los amaba…
Gotas escarlatas
ladeando entre piernas
iluminando la opacidad
de gemidos y suspiros
asociados bajo la sábana.

… Días enclaustrados
por la marea nevada.

En soledad los recuerdo
sonrisa titánica
Cómo olvidar…
Tardes oscuras y largas.

Frente al mar
bajo un manto de calma
desubicado mi cerebro
exceso de sosiego
de todo y nada.

Entre lo que se piensa
se desea
se dice o calla
cómputo excesivo de variables
circunstanciales y temporales
debilitando caricias
deshabilitando estancias.

Socavadas las luces
sombras desatadas
renuevan miedos
reviven fantasmas.

Qué sentirán los cuerpos
las almas…
Cómo satisfacer corazones
secar el ocre que manan…

Tormenta inquisidora
asoma por la ventana
la puerta entreabierta
golpea estridente
eco sisado por la gotera
estalactitas retornan
frías e ingratas.

El germen
la fisura
figuras empañadas
el modo
la fuente que mana.

Monotonía rítmica
oleaje cadencioso
óseo húmedo
entretejidas pestañas.

Esos humeantes cuerpos
esos anclajes fundidos
suaves
firmes
por instantes salvajes
atenuando
acentuando
hasta alcanzar el clímax.

Una mano que busca
un vaso a la otra sellado
una cuestión de principios
una crisis errática.

Sueños…
Novelas…
Cuentos…
Callejero sin páginas
escritos sin sentimientos
letras sin sentido
en el ocaso del día.

Arrecia la madruga
un aire huracanado
acomete indemne la quimera
promiscuos pensamientos noctámbulos
confabulación del diablo.

La realidad de despereza
atónita escucha
observa…
Impasible se acerca
brasas en la chimenea
entra en pánico…
No fue sueño
Fue…

Posesa…
Ansiosa a sabiendas…
Ni café
ni cigarro
desesperadamente la botella.

Inmóvil…
La mirada… El glande endurece
Los ojos acuosos
el estruendo del latido
el corazón en carne viva…

No ayuda la voz
… Enmudecimiento vaginal.

Bajo la botella
sobre la mesilla
a los pies de la chimenea
el alma alcanza el clímax
… Todo cuanto ha escrito
su historia
su vida…

De rodillas
ante ángel que lo protege
le auxilia
le cuida se sobreexcita.

Todos sus sentimientos
permanecen ilesos
aunque temerosos e inquietos
por lo que temía… La eyaculación del diablo sobre su melancolía.

O.

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