Deambulo…

Paseando descompuesto
Paseíllo fronterizo
Entre fuego amigo
Y ecos de auxilio
Que tu interior vocea.

La espera
Entró en tu casa
Como amiga y conseja
Prometiendo esperanza
Hizo del tiempo su pareja.

Un par de ocupas
De un talante desconocido
Porque solo la ansiedad
Es tu dominio
Tus deseos arengados por tus sentimientos
Fueron sometidos sutil y paulatinamente
Fluidos que tu corazón indígena
Que no pudo evitar.

Tanto confabularon
Que te hipnotizaron
Memorizando en tu sesera
Que esperar era sinónimo de esperanza.

Dócil y obediente
No recapacitaste
Ni te replanteaste
Discerniendo
Si verdad
Si cierto
Mientras el pálpito latente
Ante semejante magos
Incapacitado pasional
Afónico imposibilitado
Quedose mudo
En silencio sepulcral.

Dos extraños redujeron
Tu conciencia mental
Envolviendo tu ímpetu
En una nebulosa de «obediencia»
Amarrando
Engatusando
Por negligente
Tu amor incondicional.

Cuando recapacitabas
Y reorganizabas tu mente
Anteponiendo una pancarta
Ante tus ojos
Proclamando que en el ejército
Las órdenes se acatan.

Qué hacer en esos momentos??

Cuando la espera aniquila
El latido que se enrabieta
Disputando su causa
Enfrentado al gobierno
Al ordenamiento jurídico
A la legislación destructiva.

No disciernes la ansiedad
Que se amontona a marchas forzadas
Una decisión desquiciante
Una cuestión que se atraganta
Por acallar con un bozal
El eco sentimental
Con una respuesta
Ahora tan sencilla
Claudica por debacle mental.

Por rebatir el exilio
El ordenamiento jurídico
pautando el cerebro
Encarcela el ímpetu.

A quién haces caso
A la ordenanza
Sin saber que es contraria
A tu deseo
Una situación descriptiva
De cuando
El blanco quiere decir negro
Y el negro con las sombras atenaza.

Ahora…
Tarde…
Te das cuenta
Que no entendiste nada
Obedeciste lo que creías
Sin pensar
Que lo contrario era lo acertado.

Cuando…
Deberías hacer hecho el petate
El camino y la brújula
Y desdeñando cualquier gobierno
Haber hecho el peregrinaje
Destronando la espera
Caminando con presteza
A taponar la aorta gemela.

No sé
Si ya importa
Sin ser excusa
Es la pecadora
La ley que marca las horas
La que te encadenó en tinieblas.

Y tú que vas de «inteligente»
Más decepcionante e hiriente
No te diste cuenta
No percibiste la necesidad
La necedad que ahora piensas
Es la que derrota
A los soñadores
Que creen
Que se sueña dormido
Sin saber que el sueño
Es para perseguirlo
Encontrarlo y vivirlo.

Y lo demás…
Para los de escasez cerebral
Para los vagos y embutidos
En un lugar reconfortante
Esperando que se cumpla
El tiempo
Sin saber que el tiempo
Es esquivo
Silencioso
Y trasvasa tu cuerpo
Sin previo aviso
A un lado
Descolocado el compromiso.

Más te hubiese valido
Que te hubieran dado la estocada
Que el desastre al que has urdido
Y la desconfianza que has creado.

O.