Madrugada…

Momentos impropios para muchos
esparcimiento para extraviados
entre meigas y espectros.

Esquinado
encorvado
sobre un tablón destartalado
acordes roncos de fondo
lejanos en eco
cómodos
para proseguir mi garabateo.

Carcomido cincel
mohoso servilletero
acopio de lienzos
diseñador de partituras
suavizante de ideas
plasmando mi peregrinaje
en la precariedad del momento.

Palabras
frases
se van entremezclando
sentimientos de un enamorado
mi psique un maremágnum
raciocinio impertérrito
en lid acorralando deseos.

Cómo expresar
cómo resolver sin hablar
con solo una pluma y un papel
debe imprimir fuerza y sosiego
a partes iguales.

La inspiración deambula
entre osuridad nocturna
y luz mental.

Qué aprendió de la vida
se cuestiona inquisidor
de las personas
las circunstancias
aciertos y errores…
De instantes demoledores
la cabeza bajo tierra
nada enarbola si su amor
debes recomponer y reconfortar.

Cuando más aprieta los sucesos
más arrecia el tesón
falleciendo el pánico
el corazón en tu interior
latiendo impertérrito.

En su esquina
con los mismos utensilios
las letras recreaban palabras
versos y poemas
como salidos del invernadero.

Letargo desperezado
siempre existe un asalto
donde afloran las espadas
desvanecen los pesares
arrecia el cobrizo… rearma el goteo
cual tambores resuena
dejando sordo al eco.

Sientes la inmensidad del mundo
la profundidad del universo
el ansia de exterminar el olvido
de rescatar su deseo.

O.

9 comentarios sobre “Madrugada…

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