Cómo…

No podía ser…

Salvo mirarle
Como si de un espectro
Se tratase
Como un recuerdo
Inoculado en mi mente
Una sombra semejante a…

Sentí…
Un abrazo
Tal real
Como irracional
Un calor
Una pasión
Un erizamiento cutáneo
Ascendiendo por mi columna
Un deseo desprotegido abecedario.

Sensación de plenitud
Que tanto había perseguido
Añorado y deseado
Que había creído…

Tanto tiempo deseando
Que no sabía ni cómo… acariciarle

Pánico de tocarle y se difuminase
de ir a tocarle y le atravesase
… Un sueño… Un delirio provocado
Por este calor asfixiante.

Nerviosa
Excitada
Desubicada
Incoherente…

Sentía cómo recorría
Mi cuerpo
Mi ser
Mi mente…

Con esas manos tan conocidas
Con esos retoques tan suaves
Con la paciencia
Que él siempre fue consciente

Tanta fue la intensidad
Que noté como fluían deseos carnales

Se tomó su tiempo
Observándome
Estudiándome
Con sumo cuidado
De no avergonzarme
… Para complacerme
… Para complacerse.

Me penetró suavemente
Como nunca antes
Como si fuera otro hombre
O yo no recordase…

Desperté…
No había nadie…

Solo encontré… Una estridente resaca
Dos botellas de tintorro vacías
Un cenicero repleto de mi marca.

Otro… Con un solo cigarrillo recién apagado.

Una hoja garabateada
Con lo que parecía ser
Una taza de café y un número
Una hora… Y dos palabras…

Un aroma que inhalando
De sobra sabía a quién pertenecía.
Y un clavel al lado del cenicero humeante…

O.