Si…

Si pudiese acercarme…

Lo primero que haría
es decirte un simple «hola»
seguido de un sincero «te quiero»
y cerrando la presentación un apasionado «te amo desde el comienzo«.

Te daría un beso en los labios continuando por los lóbulos y el arqueado tobogán del cuello.
Observando la reacción que ejerzo sobre máscara que recubre tu lapsus de recreo.

Sin perder de vista
La esencia ejercida en tu mirada
La comisura de tus labios
El arqueamiento de tus cejas
El estremecimiento sensual de tu cuerpo
El acrecentamiento carnal de tus sentimientos.

Intentando sentir
Con mis ojos afincados en los tuyos
El proceso evolutivo de tu vello
El jadeo convulsivo de tu pecho
El preludio de tus latidos, si rectilíneos o libertinos
Los gemidos lascivos de tu alma.

Paso las noches diurnas
Intentando oír el murmullo de tu sueño
El eco no recolecta cobertura
Mi ávido santiamén
Desfallece de somnolencia
Recreando tu cara frente a la mía
Tus labios deletreando «te quiero».

Pero solo puedo hacer eso…

Es tu lapsus emocional. Importunarte ni puedo, ni debo. Aunque el corazón deambule perturbado e inquieto.

Tanto es mi querer, que me he vuelto celoso del propio tiempo.
Mi puerta permanece abierta, mi corazón hambriento, mis sentimientos inalterables, el “Todo” dispuesto.

Esperando… Que un día regreses a mi vida de nuevo.

O.