Cuestión…

Tendré que entrar a hurtadillas en el mismísimo Coliseum
Confundiéndome entre los gladiadores, entremezclándome con sus sudorosos cuerpos, unos por nervios, otros por pánico y otros por la emanaciones de perfumes putrefactos.
En un cubículo donde están resguardados, entre rezos, taconeos y espasmos, esperando su momento, donde solo quede uno, tras el juglar espectáculo.

Un juego siniestro, donde la vida se juegan, lance baldío, donde únicamente el feriante hace caja, para divertimiento de la manada, que veredictan, si viven o mueren, con un simple gesto.

Sisar una espada, lanza o simple palo… Un yelmo y una coraza, un abrigo espartano o un mono de trabajo.

¿Cómo subsistir en semejante situación?
¿Cómo verla y que me vea antes de que se suba el telón, crucemos nuestras miradas y…
¿Cómo encotrar esa sonrisa antes de ser pasto de las aves carroñeras?
Que agazapadas aguardan el banquete postumo al guión…

¿Cómo llamar su atención?
Ante una jauría de cien mil almas
gritando ensordecedoras, tras un aperitivo de pan y vino, y un postre de arena, sangre y tétricos aullidos…

¿Cómo salir ileso del proceso?
Salvo hacer lo que veo… Lo que siento
Lo que la fiera del hombre tranquilo, salga de su exilio, exponga sus alegatos y resuelva el juicio.

¿Cómo ganar su veredicto?
Poner el corazón en liza, recoja mi latido, y lo lleve siempre consigo, si este es mi último pasaje…

O.

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