Calmando…

Mitigando la impaciencia
del apetito impulsivo
Cuando bebo escuetos sorbos
de los flujos de tu cuello
sin percatarse del desplazamiento
La pasión narcotizada
se enroca disimuladamente
como un eco afónico
La delicadeza con la
que tecleo tu cuerpo
apenas delatan el roce
de las yemas de mi dedos
La suavidad separatista
de mis besos
es tenue vapor
cristalizado entre ellos
Cuanto te tomo
tus ojos me cuestionan
si aún reside afuera
o la fricción estimulante
habita ya dentro.

Por no lastimar el coyuntura
de mi ansiedad carnal
delimito el desespero
la profundidad sensitiva
de las reacciones impulsivas
del frenesí de mi cuerpo.

O.

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