Hay…

Lugares…
¡Muchos!
En exceso…
Para rehabilitarse
O para perderse
Y no volver a encontrarse.

Tiempo…
Al igual
Que su predecesor….
Para utilizarlo
O perderlo
Menguando con el paso de días, meses, años…
De obligado cumplimiento si la cotroversia es tu contraparte… Malgastándolo si se tiene claro lo que nos han otorgado…

Pensamientos…
Tantos como se desee… Para organizarlos
Asimilarlos y asociarlos…
O generar un cataclismo innecesario
Por pensar demasiado lo mismo que antaño
Creando un holocausto mental.

Personas…
Demasiadas para caminar por el paseo
Por el monte inhalar el frecor sendero
… Incluso el Himalaya está atestado

Muchos peregrinos vacacionales
O autóctonos con las que cruzarse
Tener un escueta charla
O gesto craneal desinteresado…

… Pero solo una persona
Para ser y estar
Para sentir a su lado
Que no te olvida
Por no desearlo
Por estar enamorado.

Tú…
Que llevas tiempo
Formas y maneras de olvidarla
Y aún así…

Él…
Con un alma
Que alrededor
A distancia prudencial
Se mantendrá
Esperando ese instante
En el que asomarse
Corroborando
Que llegó el momento
O abordando de improviso…

Porque el tiempo… Es un bien de lujo
Tu presencia… Un diamante en bruto
Tu esencia… Un campo de ammapolas
Y tu alma… La brújula cosida a la suya
Que os servirá de guía… Que mantendrá el rumbo.

Ambas unidas por ese hilo rojo del que tanto hablan… Unión perenne de dos corazones…

O esa confabulación mental que somatiza a dos personas… Destinadas por «algo» imprevisto e impredecible a estar unidas la una a la otra.

Por muchas trabas que ponga la vida… Por muchas que se impongan ellas mismas…

O.