Más de treinta años casados…
Más de treinta años enamorados…
Una noche entró en mi cama
Su perfume diluyéndose por mis venas
Abriéndose camino con precisión exquisita
Como la esencia de una amante sumisa
Se encasilló en lo más profundo de mi mente
Creía que me amaba
Como yo a ella
Hasta que pasó
De subsistir a invadir…
Creyendo que podría controlarla…
Salía y entraba
Se bifurcaba a su libre albedrío
De callada a estrambótica
Ahí…
Comenzó la batalla…
La contienda diaria…
Creando…
Un exterminio emocional
Una pasión genocida
Un disociación mental.
Noches de locura y deseo
De algarabía y jolgorio
… Un ritmo frenético.
Sin darme cuenta
… Me iba transformando en su sumiso
Un cambio radical indefendible
Imposibilitando la posibilidad
De abandonarla
De divorciarme
Hasta que la muerte nos separe
Me recordaba cada mañana…

¿Perecerá algún día?
¿Cuando esté bajo tierra
Me acompañará en el más allá?…
¿O buscará otro ingenuo a quien devorar?…
O.


Este desde luego imposible
Abrazo Blanca
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Hay divorcios que son necesarios…
Un abrazo O.
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