Sabes…

Que ya no la embelesa tu poesía
Que no la derriten tus versos
Que no endulzas con tus palabras
Por mucha pasión que las expreses
Con todo el sentimiento interno
Que las dotes…

Al fin y al cabo
Son solo palabras
Escritas en una hoja en blanco
Que ni te dan a conocer
Ni ofrecen una convivencia
Solo una pisible esencia
Incomparable con la presencia
Con los actos
Ni los hechos
Ni con el día a día
Que se compartiría.

La poesía por sí sola
… ¿De qué sirve?
Si cuando tienes que dar el «DO de pecho»
Te mantienes inmóvil
Esperando una arenga
Un guiño
Una palabra
Que te proporcione la certeza
De que ella te espera.

Si deseas lo que escribes
Si realmente te ahogas cuando no la tienes
Y por tu mente
No cabe otra idea
Salvo ella…

¡Ves!
Sin perder por el camino
El caudal de emociones
Y sentimientos
Que te provoca…

Y cuando la tengas delante…

¡Habla!… ¡Dile!
Todo eso que escribes
O simplemente…
A la misma distancia
Que cuando la conociste… Hiciste
Contando de manera sencilla y sincera… Lo que esos versos que tanto promulgas te generan.

O.