Noches…

Semidormido… Semidespierto
viro ciento ochenta grados

Tu silueta panorámica
Explosiona tranquililidad recostada
a distancia milimétrica
permitiendo ser acariciada
sin perder su sosiego…

Laten mis ojos…
Observando la tierna envoltura parda
contraste delincuente
con la sábana blanca que te somete… Como una escena en pausa.

Ni susurros… Ni besos… Ni caricias… Para no modificar el cuadro cincelado.

En ese íntimo momento
donde el aroma dulce del deseo
deja paso a un reservado suspiro 
de un «te quiero».

O.

Deja un comentario

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑