Y apareciste tú…
Cuando ya nada de esta vida me esperaba
Cuando estaba a punto de dar el último paso en la desescalada
Y apareciste...
Con simple hola que llegó a mi alma
Con una voz nerviosa
Como un vendaval retrocediendo mi última pisada
Apareciste…
Como el mar
Que esparce y remienda las olas
Creando una plataforma arenisca
Donde pasear a deshoras.
Como el cielo
Que suspende y sustenta el planear de las gaviotas
Como el desierto
Dispensando al sediento
Un manantial donde calmar la sequedad de su garganta
Como el guardacostas
Que da su vida su vida por ésa última persona
Que todos dan por ahogada
Como el bombero
Que no ceja hasta cercionarse y rescatar a la última persona
Como la señal
Dominante de la luz del faro
Que ilumina el sendero de vuelta
Al descentrado velero en noches sin luna ni estrellas
Cuando la desesperación
Le va consumiendo
Como el soldado
Que se empecina en golpear el pecho ensangrentado de su amigo
Sin permitir el aliento del último latido
Como el minero
Que sigue insistiendo aun mellado el pico y agrietada la pala
La cueva que no permite ser sencillamente aperturada
Rasgando con las uñas sangrientas
Con el corazón bombeando epiléptico ante la hermética critalera que los separa.
Así es como te quiero
Te llevo
Te siento
Te amo.
Siempre habrá una penúltima balada… Una confrontación ocular… Un beso… Una caricia…
Para intentar abrir la puerta…
… Solo una última bala
Flecha o daga que atraviese mi corazón
Será la única manera de dejar de amarte.
O.


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