No calles…

¡No calles!… ¡Habla!

Dila… Aunque de sobra lo sabe

Aun en la distancia… Recibirá lo que sientes… Recordándoselo porque lo deseas… Para que lo recuerde… No lo olvide

… Teniéndolo presente desde el amanecer al ocaso… Y así constantemente

Cuando se levante… Cuando se acueste… Durante todo el día le sea presente

Siempre… Hasta que el tiempo sea indulgente… Una gaviota, una paloma o un simple gorrión la encontrarán… Colocando en su puerta los sentimientos que te enloquecen… Las emociones que te genera.

Sus ojos… El resplandor de su mirada
Cuando a tu lado se aposenta… Se explaya y se acurruca sobre tu pecho… Mientras la acunas con delicadeza

Cuando escuchas su suave respiración… Los suspiros que exhala
Los susurros sosegados del latido en calma

Y tú… La observándola en silencio
… Solo en ése momento callas

¡Grita… Aúlla…!

Invade sus estímulos
Con ése verdadero «te quiero»

¡No calles!
Porque lo que la dices te sale de dentro.

No dejes en el tinteo

Que inhale lo que darías por tenerla a tu lado
Por verla de nuevo.

O.