Solo buscaría una mano que me acompañase hasta un lugar secreto, por la ceguera de mis ojos, guiándome con delicada destreza
Obsequiándome con una sorpresa tras la venda, sintiendo la textura de la arena bajo los pies y el aire marítimo sobre mi piel, con el aroma a mar salpicando los sentidos y la sensación de las olas acariciando las piernas, salpicando el cuerpo con la brisa costera
Que desde el ocaso me acariciase el alma y me embelesase hablando hasta el amanecer
Y si me adormilase, pudiese poyar mi cabeza sobre su hombro y entre sus brazos me acumara, despertándome del sueño, introduciéndome en la realidad del momento, para poder degustar el ágape predispuesto, con una rosa y una vela iluminando la noche sin luna ni estrellas, con una manta como mesa y cama, y un café para no perder detalle de cada gesto, de cada palabra que de su boca manara, y pedir un deseo si una fugaz, de improviso cruzara la opacidad para ella preparada.
O.


Tus letras expresan el deseo de una presencia amorosa que abrace, despierte y haga del instante algo real, íntimo y pleno.
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