Te oía tocar en garitos

Baladas de amores perdidos

Corazones rotos

Vidas sin sentido

 

Te seguía… Te perseguía

Tras tu pista

La que dejaba el sonido de tu guitarra

La voz ronca de tus letras

La tristeza de tu poesía

Tu alma con sus penas

Las que tanto me calaban

Me engullían… Me envolvían

… Me daban alas

 

Valía la pena… Esas horas muertas

Sentada en una mesa escondida

En la penumbra de un garito cualquiera

 

Valía la pena… La espera

Hasta altas horas de la madrugada

Cuando ya nadie te oía… Ya nadie quedaba…

Solo tú y yo… Con tu voz

… Tu guitarra… Tu última letra

Cuando colgaban el cartel de cierre

Echaban la llave… Y yo me escondía

Te miraba… Veía tus ojos húmedos

La curvatura de tu espalda

… Tu nunca notaste mi presencia

 

Salía a escondidas

Apenas quedaba tiempo para que amaneciera

Paseaba… Pensaba… Lloraba…

De verdad… ¿¿Valía la pena??

Dudaba…

Pero volvía a la carga

 

De local en local te seguía

Noche tras noche

Tu música

Tus poemas… Sus tristes letras

La voz ronca… Tu alma en pena

… Valía la pena??

 

Valía la pena la espera

Sigue valiendo… Aunque nunca de mi te diste cuenta

Sentada siempre en la penumbra de las últimas mesas

De esos garitos de mierda

Con olor a cerveza rancia

Y los suelos llenos de mierda

 

Valía la pena

… Aún hoy vale

Aunque sea escondida

En una triste mesa

En la oscuridad de una tétrica sala

 

Cuanto más tiempo pasa

Más enganchada

Más… Enamorada

Del sonido de tu voz rota llorando baladas

 

O.

 

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