Duele buscar, encontrar, mirar y ver que donde morabas, tu lugar, no estás.

En su lugar solo hay vacío y tristeza.

Solo!!
Así de rápido, sin saber de ti, sin saber si merece la pena, buscarte o dejarte ir… Si acaso que seas tú la que vuelvas.

Un quiste en el pecho, una enorme pena… Insoportable pérdida.

Saber que eras mía, que te he perdido, por no darme cuenta, que no eran arrebatos ni bravatas, ni antojos ni amenazas, que debí preocuparme más, tener tus deseos y sugerencias en cuenta.

Por mí, no hay más motivos, ni excusas, ni quejas… Para mi propia vergüenza.

Te he perdido, ahora me doy cuenta…

Se cansó tu corazón esperando una acción, una decisión que nunca llegó, o no supo encontrar el camino de vuelta.
Se cansó, con razón.

Mi corazón estaba con líos… No era mío… Demasiados problemas, demasiados casos abiertos, demasiadas cuestiones sin respuesta.

Sigo sin saber como resolverlos, no encuentro manera…
Arreglo uno, que trae consigo otro… Tremendo quebradero de cabeza.

Sé que no debo, que no puedo pedirte lo que quiero, pero soy egoísta por naturaleza…

Dame tiempo!!… Espera!!

Un poco más… Quizás te merecerá la pena. Si no, siempre podrás volver a tu otra vida, seguir tu camino, no mirar ni dar la vuelta.

Sabes que lo quieres, pero te cuesta. Tu corazón se ha cerrado… Abre, por favor, abre de nuevo tu puerta.
Déjame llamar, lo haré con sutileza.
Esperaré en la entrada, hasta cumplir mi penitencia.

Ahora… No hay espacio para mi dentro, permíteme que te espere afuera, que haga guardia de día y de noche, que vele mi pena, que aguante tu rabia… Tendré paciencia.

Dame un poco de tiempo, espera… No digas nada, solo piensa… No pierdes nada que tengas.
Tal vez un poco de tu tiempo, pero si me conoces, como me conoces, sabes que te merece la pena la apuesta.

O.

Poesía