Una mente confusa
bloqueada por la lengua
habla más que cuenta.
Ahonda en la tristeza
mientras espera.

Ojos que vagan inquietos
buscando presa
aquella capaz de dar sentido a su vida
compartir la soledad que mana
reservando lugar en su mesa.

Reclama delatándose.
No exige
ni apremia
solo grita desesperada
que la quieran
ruega ayuda con su rompecabezas.

Figura traslúcida
mente soñolienta
exige cabizbaja
ruega altanera
que la desees
que la protejas.

Una dama blanca
orbitada por sombras negras.
Hienas hambrientas
buitres deseosos de carnaza
relamiéndose esperan.

Oscuros pensamientos
que su mente acerca.
Esconde tras su sombra
su finura
su elegancia
su ternura fiera
disimulando la evidencia.

¿Tanto la odiaste?
¿Tan poco la recuerdas?
¿Tan efímera tu memoria
o tan difusa su persona
que su presencia ni recuerdas?

¿Tanto te caló?
¿Tanto miedo provocó su existencia?
Que preferiste negar y olvidar
como Pedro… ¿Tú también reniegas?

¿Qué sucedió?
¿Qué hizo que tan imperdonable fuera?
… ¿Desmitificó tu amor por ella?
… ¿O únicamente fue el pánico
de verte toda una vida junto a ella?

¡Maldito el día que piensas!

No mereces lo que siente
las lágrimas que debaten su existencia
la mirada que deriva de la súplica
el amor que te procesa.

Ella se merece tanto…

Más
mucho más de lo que representas
de lo que puede dar de si tu existencia
que se hace grotesca tus experiencias añejas.

No merece ser excusa
debiera ser primogénita
de ese corazón valiente
que se recueste a su vera
dulcifique su cordura
devore la tempestad manifiesta.

Merece ser libre
que su amnesia te quiebre.
Volar libre como las gaviotas
tener un corazón amante que la requiera
… A cada instante
en cada etapa cual sea.

Un hombre que devore sus huellas
se intoxiquen por su aroma
tatue su semblante en su conciencia
su corazón recomponga
altere su mente
procree verdades no lisonjas
cierre la puerta a su infinita espera.

O.

Poesía