Cicatriz sellada
ría que mana savia cobriza
delineando pasajes improvisados
de una senda transgresora
por momentos furtiva
entre barrotes y grilletes
entre idas y venidas.

Hojarasca rosácea
recubre tu enigmática sonrisa
regenera tu imperturbable semblante
aún agotada por el sobreesfuerzo
capaz eres de envolvernos con la paz
que silenció nuestra agonía.

Como flecha sagitaria
fusionaste nuestras almas
entretejiendo reseñas mentales
entre tu boca y la mía.

Convergen las carótidas
desplegando los pétalos
que desmenuzan ambas corazas
reprimidos corazones
que por fin se desatan.

La aorta donada
domada entre la textura
y la ternura
de tu silueta dorada
compone un silencio egocéntrico
donde la danza y la música callan
sisadas por susurros
suspiros y gesticulaciones perturbadas.

«Muñeca de porcelana
de piel morena
reposas tu mente
la intranquilidad sosiegas
mientas tras la ventana
observas el camino que te separa
de una vida de cautela
entre sentimientos y divagaciones
recreas esa nueva senda
que tras la llegada te espera.

Mirada cautelosa sopesando
como únicamente tu evalúas
pros y contras
de esta endiablada escena.

Disimulas serenidad
sin saber o sabiendo
que te observa
aquel que a tu lado
replica la misma odisea.

Escribe estas líneas
mira tu perfil
mientras callado sueña
sin quitar ojo apenas
entre tus gestos y sus letras
instantes entre deleite y poema»

Ambos nos miramos
entre la espesura de la niebla
aquella estrecha línea
que pudo ser traicionera.

Replicamos ademanes
con los labios sellados
articulamos verdades
sinceramos nuestros corazones
volteamos nuestras mentes
… Estamos quebrando moldes.

O.

Poesía