Maniataba su voluntad
imposibilitando su carraspeo
argumentaría el alma
sufragando el cuerpo.
Un S.O.S. voceado
… En silencio.

Denigrante insensibilidad
castra el eco
inquilina inquina
desvaría auxilios
gemidos suplicatorios
ante el devastador suplicio
… Mutilación sentimental
sin motivo
por placer
sin previo aviso
… Sentidos anestesiados
opacidad del camino
ingenuo destino.

Rodillas increpadas
soldadas al pecho
en posición fetal
quiebra el aliento.

Desarrapado estandarte
reza voluble al viento
renegando de su voluntad
valor propio embustero.

Como único apego
del ostracismo perenne
pecados de pensamiento
de obra… Silencio.
Creer está penado
por enfermedad del tiempo
el valor ha sucumbido
patética oda al miedo.

Aterradora sensación
a regañadientes asume sabiendo
que no es cuestión de querer
que ahí está lo que siente
de sobra conocido por el carnicero
… Eso no le basta
necesita urgente tu corazón imperfecto.

Indefenso el arrogante
acomplejado por tus gestos
los gemidos oriundos
que sisean silenciosos
la voz orquestada del matadero.

Congelas ese instante
gestionando el detonante
de ese trastorno momentáneo
… Trasvase del opresor
a calvario callejero.
De gestapo a judío
de víctima a verdugo
de la evaporación del ateo.
¿Necesidad o valor?

Secuestrado por tus ojos
por la soledad del encuentro
su mirada salvaje encelada
por la impronta del deseo.

Víctima arrogante
el aullido es sollozo
cautivo del temor
por perecer de enamoramiento
impregnas de ansiedad su mente
convulsionando su cuerpo.

Desacreditas al degradante
consiguiendo secuestrar su raza
descerrajando la casaca condecorada
inyectándote en su pecho.
Corazón que mana efluvios lascivos
por la sumisión al reo.

Tras la opacidad ingrata
fisuraste el resto
embalsamando la esvástica
rediseñando el pendón
haciendo añicos sus sentimientos.

O.

Poesía