Qué probabilidad tendrías
de recibir una misiva
una visita
o una simple llamada
a altas horas de madrugada…

Un remitente desconocido
un viajero extraño
un silencioso compañero.

No rechaces la buena nueva
probablemente no sea sorpresa
probablemente deseando estabas
… La esperabas desesperada
tras un sin fin de variantes pasajeras.

Tal vez no haya sido la primera
… Supeditaste las anteriores
a tu emergencia
la duda exigente de tu naturaleza
aunque puede ser la última
si desechas por venganza
si clausuras por vergüenza.

Lee sus palabras
escucha su latido
que no te asuste su tono
el sigilo de sus lapsus
la certeza de su ímpetu
el propósito de su nostalgia
… Puede que desaparezca.

Mira sus ojos
la fisionomía de su alma
la expresión que su sonrisa entraña
la idiosincrasia acorazada
el delirio que expanden sus labios
caducidad perenne de sus lágrimas
arremetiendo tu saña.

Saborea sus letras
la emotividad que ensalzan
el tiempo en el que se mueve
compás transparente que mana
el desespero emancipado
los sentimientos versados
que el poema derrama.

Esa voz del pasado
ese eco desgastado
el sentir retornado
la ronquera de su aura
… Años de guerra interna
… Lugares de todo y nada.

No la quemes sin sajarla
no cierres sin tornarla.
no cuelgues el temperamento que la voz rasga
… Que tu mente evacue
… Que tu cuerpo simule
… Permite que sea tu corazón el que dé la cara.

O.

Poesía