Y tú…

Alguna vez te has planteado
que ya está obsoleto
que el ciclo se ha agotado
la reserva ha entrado
y no hay estaciones de servicio en su camino.
Las orgías pasan factura
exigiendo el abono de intereses que no tiene
y los ungüentos no hacen el efecto pertinente
que la penúltima y la última la libró hace años
mermando su psique
desmembrando su esqueleto.
Un destierro no fue decisión
fue el devenir
de una concatenación de circunstancias
un pretérito imperfecto
que le asoma al precipicio de las ánimas.
Como el apache en una reserva
apoltronado en una mecedora
que carcome su naturaleza
aguardando el ocaso para vislumbrar la senda.
Un diseño en blanco y negro
donde el arco iris no tiene cabida.
Un espía en declive
inmerso mentalmente en su guerra fría.
El cruzado que regresa
tras mil batallas acuestas
con la armadura sesgada
la espada quebrada
sin estandarte que asir con templanza.
Campo embalsamado
el manto marchito
las hienas campando sobre la hojarasca.
Un edén sin vegetación
sin un manantial donde saciar
ni manjares donde repostar
solo paja donde yacer
con alfileres imposible de soportar.
Cómo revitalizar su cuerpo
sanar su alma
coser las heridas que le asolan
cicatrices del mañana.
Esa palabra…
Fue el último cargador en la culata.
Ese saludo…
La tormenta perfecta
un haz de esperanza
un hospital de campaña
un cosido estandarte que llevar a la batalla.
Quizás el de arriba
o su contrario
quiso comprobar o corroborar
si algo aún quedaba…
Si merecía la pena
concederle su gracia
un pacto diabólico
o entre ellos jugarse su alma.
Cada adiós
cada instante posterior a una despedida
pregunta de ida
sin retorno de respuesta
mermaba de a poco
sus últimas gotas sanas
yaciendo postrero
y su armadura menguando de talla.
El tiempo no acomete en balde
los días
las semanas
los años se confabulan décadas
las arrugas avanzan aceleradas.
Cuál será el futuro de un soldado en tregua
sin una causa propia o ajena
sin más contienda que deambular por las callejuelas
y en su mirada…
Su papel es idílico
una quimera sin ella
el prado se encumbra
en el camino alambres
la meta más cercana.
La tradición del reposo
la desazón del sosiego
angustia por la tranquilidad
que no le genera respeto.
Agotamiento mental
va desmembrado su cuerpo
el cuadrilátero se tambalea
nublando la consciencia
solapando sus fuerzas
una elección que lo desespera
no es de su correspondencia…
Tal vez… Seguir la estela del elefante…
O.
Es ley de vida; el ciclo se acaba. Y se puede aceptar con mayor o con menor agrado. Pero no hay más. Lo dice alguien que está con un ojo puesto en el fondo del barranco y el otro todavía en superficie…
Me gustaLe gusta a 1 persona
será así
aunque siempre nos aferramos a algo
por instinto o por…
saludos
Me gustaLe gusta a 1 persona