Alrededor…

No mires al cielo
Ni al infierno
No ofrecen fiabilidad
Solo un purgatorio
Donde domesticar los sentimientos.

Observa el amanecer
La arena bajo tus pies
El sonido uniforme
De la calma del horizonte
La parsimoniosa melodía de las olas
Refrescando la resaca noctámbula
De otra noche convulsiva
De una idea que no ceja
Distante la mantienes
Excesivamente soñadora.

Perturba la mente
El corazón resopla
Latidos persistentes
Desmembrando tu aorta
Envolviendo tu cuerpo
En una calma exigente.

Por un instante
Un sueño
Despierta el deseo
Repentinamente.

De gritar
De danzar
De no parar
Hasta alcanzar el cénit
Dando rienda suelta
A los sentimientos
A esas pequeñas cosas diarias
Que te hacen sentir
Que provocan
Proclamando
Que estás viva.

Que todo
Ha sido un paréntesis
Para abrirte
La puerta de la vida.

O.

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