Tan…

Tan cerca…
Que el corazón no soporta un instante más sin su gemelo
Abriéndose camino a regañadientes
Entre una multitud de órganos
Parapetos que le protegen
De los achaques externos.

Se escabulle con tanto sigilo
Que el torax detona con un latido imponente
De quien no desea guardaespaldas
Ni someterse al mandato ordenado
Con una idea fija en la cabeza
¿Prudente
O impudente?
Con o sin raciocinio
Encontrar lo deseado
Es su prioridad
La fijación de su bombeo.

Se encamina en dirección prohibida
Preguntándose…
Cómo el cuerpo se queda estancado…
Sin observar que los pies
Están aprisionados por cemento armado
Las manos secuestradas por cadenas de acero… Estrangulamiento hermético
Y una ancla sometiendo cualquier contratiempo.
La boca muda… Anudada por un alambre de púas
Los ojos son lo únicos que libremente desentonan… Cayó la venda
En tan «idilica» escena
En tan grotesco escenario.

Un guiño…
Le sirve de mandamiento
Para alcanzar el objetivo marcado
El eco de un corazón que late
Al otro lado del puerto.
Tan lejos… Con semejantes sujeciones.
Tan cerca… Si al corazón le proporciona su contrapartida el obsequio de un callejero.

O.

Deja un comentario

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑