En ese banco sombío
Me cobijo del ímpetu de mi mente
Del pensamiento del exilio.
Dime…
¿Por qué duele tanto?
El corazón y el alma me cuestionan lo mismo…
Oprime mi pecho
La algarabía del vacío
El ensordecedor eco
Que mudo recuerda… No estás conmigo.
Risas trágicas rellenan
El lugar donde nos hicimos
Promesas, juramentos, …
… Un recorrido.
Instantes sisados al tiempo
Entre gemidos, susurros y suspiros
Silencios arrolladores
Las mentes regateaban el sigilo.
Continuo volviendo de vez en cuando
… De improviso
Idealizando un encuentro
Divagando sueños prohibidos
Deseando…
Que se reproduzca el momento en el que nos conocimos
Siento frío
Cuando cabizbajo desciendo
Y volviéndome miro…
Por si es demasiado pronto
Por si me he perdido…
Por si… La lámpara me cocediese el deseo que le he pedido…
O.


No te preocupes
Si te ha servido para soltar
Un saludo
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Esa palabra prohibido me la cuestioné durante años, creo que cuando nace un amor de forma natural, soñar no debe estar prohibido, puede que las acciones sean prohibidas cuando dañan a los demás, pero en nuestra mente y nuestro sentir, en nuestra alma, somos libres…y nada en esos ámbitos es prohibido, como digo, siempre y cuando no se pase la línea que va en contra de nuestro ser, y que haga daño a los demás…creo que sí debería estar prohibido no poder amar cuando se ama de verdad, estar prohibido suprimir el alma y hundir a esta en el dolor tras ser obligados a estar lejos del ser amado…hay tantas cosas que de verdad deberían ser prohibidas, pero en un mundo de doble moral, que se puede esperar…en dónde no es coherente lo que se siente, se piensa y se es…sobran por ello prohibiciones que no existen solo por sentir que se hacen las cosas de forma «correcta»…
Perdón por el comentario, es que no sabes por lo que he pasado, sobre todo conmigo misma, por tantos años con todo esté tema, la libertad, la esencia, los prejuicios, las prohibiciones, lo malo, lo bueno…
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