No quedaba lugar para la piedad, únicamente rabia, ira y sufrimiento. Cuanto más daño se le causase, más humano parecería. Ni rey, ni Dios, sería solo un hombre. Solo un pobre demente que se arrastraba, lloraba y sufría. No tenía nada de divino, y a cada paso que daba, poco de humano quedaba. Directo al... Leer más →


Tu palabra se alza como un Quijote indómito, que aún sueña y pelea contra molinos invisibles. Hay en tu verso…
Gracias maestro Fuerte abrazo
Tu imagen entre la persiana nos recuerda que la vida es umbral: ni dentro ni fuera, sólo latido suspendido. Un…
Gracias Me alegra Igualmente
Gracias!!