Sin dudarlo…

Aún me lo preguntas…
Acaso lo cuestionas…
Queda algo en tu interior
que sacuda lo que perseguías…

Cuando zozobra la nave
izo las velas
señalización de locura
no desfondar la marcha
con la mar embravecida.

Enseres de los baúles
invierno y verano
primavera y otoño
no son elección para un día
sirven de contrapeso
niveladores de la travesía.

Una odisea de años
con sus interminables días
con sus infernales noches
al ras de la luna
únicamente
una estrella sirve de guía.

Cuando el desfallecimiento acosa
el físico no cubre expectativas
la cabeza embotellada
de la resaca taquicárdica
solo un pensamiento
devora la angustia
… Una silueta morena
en el interior de una choza
frente a una chimenea hogareña
las piernas asidas a su pecho
con una manta como telaraña
recubriendo su dorso
reposa la luz
diseñando la sombra
de su melancolía.

Embozado gótico
salino del oleaje
dulce del coraje
maquillan su tez
entremezclándose.

El esfuerzo…
El cansancio…
Carcajadas de inestabilidad
eco de bravura
de tenacidad
tozudez
y el desafío
por encontrar a la que busca.

Rumbo constante
ni mapas
ni brújula
el aroma de su cuerpo
programación concienzuda.

O.

Poesía

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